La mano revolotea un espacio imaginario, primero de forma leve, cautelosa. Después el trazo se cierra en negros, hiriendo el papel rapidamente, casi con urgencia. Entrecierras los ojos y te dejas llevar. Lineas se entrecruzan y saltan de forma automática. Empieza a surgir un rostro entre las sombras y las luces. Lo reconoces...
Un poeta sueña. Conté y Pastel sobre papel
"Ninguno de los reunidos advirtió que en esos momentos comenzó a llover con unas gotas apenas perceptibles, sosegadas, teñidas de desconsuelo"
Joaquín Pérez Prados "En el Balneario" (1999)
Magníficos dibujos, he agregado tu blog a mis favoritos
ResponderEliminarGracias, maestro!
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